Una madre x, podría ser la mía por ejemplo. Un jueves después de terminar de trabajar, supongamos, decide ir al supermercado. Llega a las góndolas de las bebidas y decide que se va a privar de tomar Coca, se va a ahorrar un peso, y va a comprar Pepsi. Decidió hacer el sacrificio. ¿Es lo mismo, Pepsi que Coca? No, obvio que no. Si fueran lo mismo, y una cuesta un peso menos que la otra, y suponiendo que los consumidores somos todos racionales, que hay distribución perfecta, etc... La Pepsi tendría el 100% del Market share. Pero no es así: hay una diferencia y la publicidad te invita a que te prives de algo mejor con tal de ahorrarte un peso. Hasta ahí todo bien y lógico. Eso, si la publicidad terminara ahí. Si mi madre pudiera optar entre, volverse del súper con una Coca y nada más, o regresar con una Pepsi y una moneda en el bolsillo para tomarse el bondi, o un paquete de chicles, o algo que haya visto en los estantes de la caja de compras de último momento. Pero no...
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Ella decide comprar una gaseosa más barata para ahorrarse un peso. Llega a la casa, y algún hijo (ahora vive sin ninguno, pero imaginemos que yo estuviera ahí) le dice: Má, me das el peso que te ahorraste por comprar Pepsi? Ese peso es mío. La tele me dijo que te lo reclame.
O sea, mi vieja compra algo más barato, de menor calidad, se priva de un producto mejor, y el beneficio me lo llevo yo?
¿Cuál es el negocio? ¿Alguien me lo explica?
Muchas Gracias
¿Pá, te robo la del estribo, cuanto te debo? (toda persona que no sea mi papá, saltee esta pregunta y no trate de entender.)
A propósito del supermercado. Hay dos máximas que siempre se cumplen: la primera es que cuando uno elige changuito, cree que funciona bien, que las ruedas giran como tienen que girar, que no se desvía para ningún lado. Basta que uno, cargue el changuito con algunas cosas, llegue hasta la otra punta del supermercado, para que las ruedas se traben, y el changuito se desvíe 30 grados a la derecha. Podrían alinear y balancearlos, cada tanto?
La segunda máxima que se cumple a rajatablas, es que en la caja que uno eligió para pagar, nunca encuentra los productos que quiere comprar en el último momento. Uno ve que la gaseosa que quería está a cuatro cajas de distancia, y el chocolate está lo suficientemente lejos, como para que uno no pueda abandonar el changuito e ir a agarrarlo. O se conforma con las maquinitas de afeitar de mujer, con las aspirinas y curitas, con las sopas (aunque estemos en pleno verano) o se compra un paquete de chicles, sólo para sentir que el pibe de marketing que definió los productos que iban a exhibirse en la caja, pensó en uno.
La segunda máxima que se cumple a rajatablas, es que en la caja que uno eligió para pagar, nunca encuentra los productos que quiere comprar en el último momento. Uno ve que la gaseosa que quería está a cuatro cajas de distancia, y el chocolate está lo suficientemente lejos, como para que uno no pueda abandonar el changuito e ir a agarrarlo. O se conforma con las maquinitas de afeitar de mujer, con las aspirinas y curitas, con las sopas (aunque estemos en pleno verano) o se compra un paquete de chicles, sólo para sentir que el pibe de marketing que definió los productos que iban a exhibirse en la caja, pensó en uno.
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