Como se darán cuenta, me quedó grabado. Esto fue en el año 83.
Volví un día del colegio, y ni bien llegó mi papá, fui corriendo a mostrarle mi cuaderno de Lengua.
Me había sacado un 10 en Dictado, y estaba ansioso por esa felicitación. Quizás, hasta internamente esperaba un premio. Pero no, ante mi pregunta respecto de por qué no me felicitaba, la respuesta fue tajante. Es tu deber estudiar, y sacarte buenas notas. No es un hecho extraordinario que merezca la felicitación. (no habrán sido con estas textuales palabras, pero la idea era esa).
Dos años más tarde, en la cancha de River, la cancha se vino a abajo ante la sanción de un penal a favor de los Millonarios. Todos se abrazan, todos festejan. River empataba con Vélez 0 a 0, y El Enzo, tenía la responsabilidad en su botín derecho, de sellar una victoria, que afianzara al equipo de Núñez en la punta.
Francescoli convierte el penal, pero para mi sorpresa, el festejo es medido. ¿Toda la euforia se había consumido en el festejo por la sanción de la falta? No, la cuestión era que Francescoli, como encargado de ejecutar los penales, tenía el deber de convertirlo. Era casi su obligación, por lo que no era un logro que mereciera la euforia y el descontrol.
Año 2009, pasó con mi hermana, pero estoy seguro que podría haber pasado en cualquier hogar de clase media. Mi hermana se llevó un par de materias a marzo y su padre, (el mismo que no me felicitó por ese 10 en dictado en 2do grado) acordó un premio por el pase de año de mi hermana.
Año 2009, otra vez el Estadio de River se viene abajo. Faltaban pocos minutos y River no podía doblegar al modesto equipo tucumano, hasta que sobre la hora, penal contra Falcao. La cancha se viene a abajo. El joven colombiano ejecuta el penal. Gol y un festejo increible e interminable, estremece el estadio tanto dentro del campo de juego como en las tribunas.
El 31 de Marzo, todos nos enteramos de la muerte del Ex Presidente Alfonsín. Un Presidente que en su gestión le tocó la difícil situación de sentar las bases de una democracia incipiente por esos años.
En estos dos días, no paro de escuchar las voces que se alzan destacando tres cuestiones del ex mandatario. Su profundo compromiso con la Constitución, su ética y su honestidad.
Si una persona que tuvo que entregar el mando antes de tiempo, en medio de saqueos, hiperinflación y con unos servicios públicos que daban lástima, tiene el reconocimiento (quizás merecido, ojo) de toda la población sin importar partido político, clase social, ni provincia, a pesar del estado en que entregó el país a su sucesor y se le destacan por ello, los valores de la honestidad y de estar profundamente comprometido con la Constitución y las instituciones, realmente como país, estamos en un serio problema.
Yo entiendo que las condiciones de honestidad, y creer firmemente en la constitución, son cuestiones básicas que tienen que estar, sí o sí, pero que no alcanzan para que alguien pueda aspirar a un cargo público, (ni hablar de la Presidencia de la Nación).
Conocí muy pocas personas más honestas, de más firmes principios y demócratas que mi abuelo Hache. Me contaba, muchos cuentos, le encantaba la naútica. Era capaz de arreglar todo ya que tenía mucha habilidad con sus manos. Trabajaba de sol a sol. Pero no por eso podría haber sido Presidente de la Nación.
Si la ciudadanía destaca como extremadamente valiosas las cualidades de la honestidad y la fiel defensa de las instituciones como valores esenciales para llevar a cabo la difícil tarea de guiar los destinos del país, por qué a la hora de elegir elige otra cosa? ¿Por qué todos los políticos destacan estas cuestiones del Doctor Alfonsín, pero la hora de ejercer el puesto que les toca desempeñar, utilizan otra brújula y se dirijen a otro Norte?
Si en 40 millones de ciudadanos, no podemos encontrar un puñado que a la honestidad, la ética y su integridad, puedan agregarle capacidad y preparación para ejercer la Presidencia, algo mal estamos haciendo como país.
Y no me resigno a encontrar como única solución de que mi papá me felicite por ese 10 en Dictado del año 83.
3 comentarios:
Entiendo y comparto parte de tus palabras.
Pero yo fui ayer al congreso y la gente mas alla de radicales o no, de jovenes y ansianos , todos creiamos que era despues de mucho tiempo una autoconvocacion sin necesidad de camiones , de trenes ni de palos para que todos al unisino cantemos el himno.7 horas agotadoras en algunos momentos y muy clamas por cierto hicieron que acompañemos a la familia de un ex presidente, ver la cara de los nietos daba realmente mucho dolor y en los ojos de uno de los nietos vi el agradeciemiento de toda la familia y eso me lleno a pleno el corazon.
El pasado nos condena pero nos deja ver que un pueblo puede estar unido por el dolor de la persona que le toco devolvernos la democracia a un pais abatido como estabamos en ese momento.
Y por otor lado, a mi tambien me encantaba que mis papas me feliciten por los 10 que me sacaba y no siempre me dieron un regalo por ellos.
y la frase de es tu deber duele con el tiempo pero nadie nacio siendo padre ni nadie les enseño que hay que felicitar a los hijos para que mantengan el entusiasmo de los hijos en seguir evolucionando y mejorando dia a dia.
Besitos Mariana
Hernan me gusto mucho tu nota,siempre me sorprendo con ellas y en este caso estoy totalemnte de acuerdo,hoy esta la regla de la relatividad.En la sociedad,los valores son canjeables segun la necesidad del momento.Lamentable.
Hola Hernan. Aqui te adjunto el comentario que he hecho en el Blog de Santi. Es mi humilde opinion que hay mas en R.A. de lo que has mencionado. No se, me parece. Un abrazo, Andres.
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Creo que es simplemente justo reconocer la talla de este hombre. Otros paises consiguen sistemas que les permiten seleccionar y entrenar verdaderos estadistas para que ejerzan su liderazgo. Pienso en Brasil, con Cardoso y con Lula. Y en Chile, con la excelente calidad de sus presidentes en las ultimas decadas. Tambien en Uruguay.
No sera nuestro desafio aprender a premiar de manera cotidiana algunas de las virtudes y los valores que hoy resaltamos en Alfonsin?
Estoy convencido de que hay algunas cosas muy importantes a rescatar en su figura:
- La correspondencia entre sus pensamientos, sus intenciones, su palabra y sus acciones. Esto es lo que llaman integridad.
- La honestidad administrativa. Era humilde cuando era uno de los pocos de los que se oponian a la lucha armada en los ‘70, era pobre cuando se arriesgaba a defender solitariamente a los indefensos durante los años mas oscuros, era humilde cuando fue casi el unico que se opuso a la locura febril de la invasion a las malvinas, y murio humilde, pobre en bienes materiales pero rico en experiencias, sabiduria, amigos y afectos.
- La disposicion al dialogo. Siempre supo que la solucion a los desafios politicos es tender puentes, dialogar, negociar, “persuadir”. Hoy la politica parece ser solo controlar “la calle” y “la caja”. Que distancia abismal! Sabremos franquearla?
- El reconocimiento imprescindible del valor de las instituciones. Especialmente, no hay democracia sin partidos politicos medianamente fuertes. No hay democracia sin canales de participacion. Partidos, ONGs, asociaciones intermedias: todos imprescindibles, guste o no. Tanto nos cuesta entenderlo?
- La exaltacion del arte, la ciencia, la cultura. Es lo que nos hace humanos. No nos olvidemos de la “patota cultural.”
- Fue un hombre informado, leido, culto. Una verdadera enciclopedia caminante. Que pobreza conceptual que vemos ahora, parece que nuestros “dirigentes” no han leido ni un boleto de colectivo.
Imagino que sus errores mas grandes (y vaya que fueron grossos!), fueron simplemente extensiones de sus valores, virtudes y razgos de personalidad. Tal era su coherencia, que a veces nos llevo a pagar costos demasiado altos. Pienso en la hiperinflacion, producto de un enorme error de diagnostico y de instrumentacion, tal vez producto de una vision demasiado ingenua e ideologizada de la economia. Pienso en el Pacto de Olivos, consecuencia casi caricaturesca de su enfasis en el dialogo, y de lo que creo que fue otro error de diagnostico: no estoy seguro de que la democracia habria de terminar si Menem se hacia reelegir unilateralmente.
A mi criterio, su ultimo legado es habernos llamado a la reflexion y al dialogo. Creo se esta cumpliendo. El nivel de los comentarios que he escuchado en la gente, visto en la tele, y leido online en estos dias ha sido alto. Hace decadas que no escuchaba un nivel de discurso sobre la cosa publica tan mesurado y concienzudo. Por esto y por todo lo demas, gracias Raul.
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