viernes, 13 de noviembre de 2009

Mejor perder 3 pesos que ganar un millón.

Un jueves de Noviembre me dirigía al Centro. Mi auto estaba en el taller, por lo que no tuve más remedio que utilizar el Subterráneo. Carlos Gardel-Florida era el viaje que tenía que realizar. La mente relajada y dispersa, de alguien que acaba hace pocos días de renunciar, luego de 6 años, a su antiguo trabajo.



Una simpática vendedora de la Solidaria, empieza a dejar en la falda de cada pasajero sentado, dos billetes que "Juega esta nocheeeee". Yo siempre digo, "no, gracias", a todo lo que me ofrecen en el Subte. Es más, a los únicos que les doy plata, son a aquellos que hacen música, porque en general es un momento que disfruto... Sobre todo si voy sentado.



La verdad, es que en ese momento, estaba con la vista fija en esa chica, que estaba vestida de manera tal que dejaba más piel al descubierto que tapada. Y no me di cuenta... Se abren las puertas, y el andén en el medio. El letrero con el nombre Florida, me hace saltar como un resorte y en tres segundos estaba buscando la escalera fija.



Cuando estoy con tiempo, me mentalizo para utilizar la escalera fija, porque me autoengaño pensando que es un ejercicio que al final del día, me permite clavarme un chocolate o un par de vasos de Coca común, sin alterar significativamente la forma de mi cuerpo.



Cuando llego a la superficie, y despierto de ese trance en el que casi me paso de estación y termino en Alem, miro con sorpresa que en mi mano, hay dos billetes de la Solidaria, "que juega esta nocheeeee".



Yo no sé cuanto ganará la vendedora, pero si el billete sale dos pesos, con furia, no se debe quedar con más cincuenta centavos. Por lo que con una culpa enorme, me puse a pensar, en todo lo que le costaría juntar esos tres pesos que había perdido esa simpática señora, por culpa de mi distracción y esa señorita que estaba más buena que el chocolate (que esa noche me iba a clavar, gracias a que subí por la escalera fija)



De repente, ese sentimiento de culpa, me empezó a perturbar, y me dije: Aunque tenga que pasarme mañana, todo el día en el Subte, hasta que no encuentre a la señora y le pague los cuatro pesos no paro.



El día fue transcurriendo y el sentimiento se fue disipando. Hice lo que tenía que hacer, y a la noche, antes de irme a dormir, programé la tele, para que me despierte ocho y media como todos los días.



Pueden creer que lo primero que escucho en TN cuando me despierto al día siguiente es: "y ahora pasamos al sorteo de la Solidaria"?



Los dos billetitos habian quedado sobre el televisor. Me levanté para agarrarlos y romperlos en cuatro, luego del momento en el cual el locutor pronunciara cualquier número, menos los que tenía en frente de mis ojos.



Pero no!!!!



Pueden creer que el capo, dice: "treinta y seis mil quinientos veintiocho" y coincidía exactamante con el número que tenía impreso uno de los billetes?



Después de cachetearme seis veces al punto que mis mejillas quedaron más coloradas que si me hubiera quedado bajo el sol tres horas sin protector (en verano), y de romper en cuatro partes el billete que tenía impreso el treinta y seis mil quinientos veintisiete, se me vino a la mente la señora que 20 horas antes, había dejado sin oposición de mi parte, esos dos billetes sobre mi falda.



Y que yo, pajero y distraído, no le había devuelto, por estar mirando "babosamente" una minita que estaba frente a mi, luciendo ropa (poca) muy provocativa.



La verdad, que se me cruzó por la cabeza hacerme el boludo, pero triunfó el angelito de la derecha por sobre le diablito de la izquierda, y tomé la decisión noble y justa de, una vez pagados los cuatro pesos que le debía, dividir por dos el premio y darle la mitad a esa humilde vendedora.



Así que antes que el diablito de la izquierda argumentara otra cosa que me hiciera cambiar de opinión, desayuné, me bañé y me dirigí al Subte con la idea de hacer feliz a una humilde vendedora de la Solidaria.



Habré estado menos de dos horas en la estación Florida, cuando la vi en el anteúltimo vagón del Subte que se dirigía a Alem.



Necesito hablar con vos, pero no acá. Podemos ir a tomar un café a algún bar de Florida, le dije. Se sorprendió primero, desconfió después, y luego de tres minutos de charla, la convencí. Es que no daba decirle que se había ganado un millón de pesos y que además, había recuperado los cuatro pesos que había perdido el día anterior, en el medio de un vagón atestado de gente.



Bastante desconfiada fue subiendo la escalera mecánica (ese día no iba a tener derecho a un chocolate, aunque por la buena acción del día, me merecía un Champagne, pero del bueno).



Nos sentamos en el bar, y mi ansiedad por ver la cara de felicidad de la señora (Estela) no me dio tiempo a pedir nada. Ahí fue cuando le dije lo que había pasado el día anterior y la noticia que había recibido al levantarme ese mismo día, que la acababa de convertir en socia igualitaria de un premio de dos millones de pesos.



La cara se le iluminó por un instante. Segundos más tarde su cara mutó a la de alguien que está sufriendo. Se tomó el pecho y se desplomó.



Nunca viví una situación similar. Atiné a marcar 107 desde mi celular, y decirle a la telefonista que mandara una ambulancia a la dirección del bar, porque una persona se estaba muriendo.



No hubo caso. Cuando llegó la ambulancia a los seis minutos, los médicos no pudieron hacer nada.



Entre toda la gente que se amontonó en ese bar, gente morbosa que disfruta ver a las `personas morir", estaba Laura. Vestida con el uniforme de la Solidaria, no paraba de repetir. O a lo mejor lo dijo una sola vez, aunque a mi se me repetía internamente miles de veces.



"Pobre Estela, hace 3 años que estaba sin trabajo por esa afección cardíaca que tenía y justo que consigue trabajar aunque más no sea vendiendo Lotería, se nos muere".

viernes, 3 de julio de 2009

Para muestra basta un botón. (¿Alguien dirá BASTA?)

Mi trabajo de vendedor me lleva para dónde alguien quiere comprar. En este caso, Villa Lamadrid, a pocas cuadras de la Feria de La Salada. La Feria más grande de Latinoamérica según la publicidad, y posiblemente lo sea.


Mi auto esta vez no quiso ir a donde alguien quería comprar, y como no me quedaba otra, me sumergí en una aventura, que otros la viven todos los días, y no la llaman aventura. La llaman vida cotidiana. También les voy a contar la historia de una familia de clase media, con 3 sueldos en blanco, con otros ingresos informales y que sin embargo, tienen las necesidads básicas insatisfechas. A mi que no me vengan con definiciones sociológicas, demográficas o "Indec-cianas". Repito: familia con 3 sueldos en blanco y otros ingresos informales con las necesidades básicas insatisfechas.



Lo primero que hay que saber es que si uno tiene que ir a 15 cuadras pasando la General Paz, necesita llenar el bolsillo de monedas. Primera necesidad básica insatisfecha: Que haya colectivo, no significa que lo puedas usar. Sólo si conseguiste monedas suficientes, podés utilizarlo. (en mi caso, para ir y volver fueron $6, sólo porque intercalé con el subte)



Lo segundo que hay que saber es que mientras los gobernantes producen obras en el Teatro Nacional de la Plata, techan un estadio municipal en la misma ciudad que ya se comió un presupuesto millonario, se aventuran en organizar Copas Américas de Fútbol, le regalan televisores a jugadores de un equipo de primera, que apuesto lo que quieran a que ya tienen en sus casas, subsidian empresas aéreas sin aviones, y empresas aéreas con aviones, pero a la que sólo acceden unos pocos, hay millones de bonaerenses que conviven, con basura, barro y agua estancada el 90% de los días de sus vidas. Repito, a 15 cuadras del Puente la Noria.



Y acá, surge algo que realmente no me explico: cómo a ninguno de los millones de bonaerenses se les ocurrió cagar a trompadas a algún gobernante, cuando pasa a saludar y a prometer obras o cuando aporta el Sandwich, la Coca y $50 para concurrir a actos. Sinceramente, no lo entiendo.



Pero volvamos a mi aventura. Llego a Puente La Noria y en medio de mucha gente trabajadora que camina para todos lados, debía encontrar la parada del colectivo 32 (calle 6).



Medio como que me ubiqué, razonando que el bondi debía ir por la ribera del Río Matanza y encontré la parada. (a mi me enseñaron que eso que llaman Ribera, en cualquier lugar del mundo se llama basural a cielo abierto, o cultivo de las más diversas enfermedades e infecciones)



Para hacer 15 cuadras, el colectivo tiene que hacer 25, ya que va haciendo zig-zag, siguiendo la única dirección posible por asfalto. Y de nuevo algo que no entiendo: si vas a asfaltar sólo una calle en 40 manzanas cuadradas, por qué hay que hacerlo en zig-zag?



Ahora bien, acá mi primer dilema? Qué preferiría? Vivir sobre la calle asfaltada o en medio del barro? Y la verdad que no sé: por el asfalto pasan todos los vehículos: colectivos mano y contramano, autos a los que no hacen falta hacerle una verificación porque no la pasan ni con Mr. Maggoo de inspector. Hasta presencié un choque de bicicletas, una de las cuales quedó innutilizada y su propietario, será uno de los que hasta tanto consiga arreglarla, se somenterá al calvario del transporte público. Obviamente ese asfalto, que a lo mejor fue arreglado antes de la última elección, ya tiene las huellas de la sobreutilización por ser el paso obligado de todos. Agua estancada en ambos costados de la calle, ruido y contaminación, gases tóxicos que emanan todos esos vehículos, locura, tránsito y ruidos insoportables. Hasta vi algo bastante bizarro. Un lavadero de autos, que para subir y bajar, tenías que hundir la rueda en el barro, y estaba sobre una calle, cubierta de una película de agua y tierrita, que con suerte, lo único que te quedaba limpio (si es que no te pasaba un colectivo de frente) era el techo.



Después de un par de vueltas, en la que reconozco que tuve un poco de miedo, dado que la señalización vertical, es casi nula, y no tenía la menor idea de cuando me tenía que bajar. Pero por sobre todo, porque los lugares por los que estaba pasando no eran los indicados para que mis zapatos, mi pantalón de vestir, y mi pulovercito con el maletín de trabajo se bajen, encontré en la numeración de una casa, el nombrede la calle que necesitaba.



Faltaba saltear un obstáculo, la única calle asfaltada a la redonda, por la que pasan todos los colectivos, camiones, camionetas, autos, bicicletas y peatones, tiene una cuadra sumergida literalmente bajo el agua. Por lo que a duras penas, esa calle sólo quedó para algunos intrépidos colectiveros. Obviamente, sin ver la geografía del asfalto, casi sin saltearse ningún pozo, y con el miedo de que si se quedaba ahí el colectivo, yo no me iba a bajar con el agua podrida a la cintura, el colectivero sorteó la parte más difícil del trayecto y me dejó sobre el asfalto a 3 cuadras del destino.


Con actitud segura, encaré mis últimos 300 metros de trayecto. Y llegué a una casa, con mucho olor a humedad, humilde, con rastros de deterioro, y con una pantalla de gas, que debía hacer las veces de estufa.

Bajo esas condiciones viven 2 familias con 3 sueldos en blanco y unos ingresos extra, producto de la "concesión" de dos de los estacionamientos de la feria de la Salada. 2 días de feria a la semana, 100 autos a 10 pesos, hagan la cuenta.

Aislados del mundo, conectados apenas por una calle de asfalto, cuya última cuadra está inundada el 70% de los días. Conviviendo con el agua estancada, la basura. Sin gas natural ni cloacas.

Seguramente para la estadística, forman parte de la clase media. Pero a mi no me jodan!

Y esta es sólo una muestra. He visto mundos similares en Villa Fiorito, Los Polvorines, José León Suarez, Laferrere, Merlo, Florencio Varela, Virreyes, Isidro Casanova, El Jagüel, etc...

Lo interesante de todo esto, es que luego de ver y analizar lo que ocurre en forma cotidiana a metros de la General Paz con millones de argentinos, me he vuelto creyente.

Sólo un milagro de DIOS puede hacer que no haya más muertos, por tantas otras epidemias y enfermedades.

AMEN

lunes, 25 de mayo de 2009

Uô, ô ô... Verdadeiro amor...

Así decía Daniela Mercury en uno de sus más conocidos estribillos. Creo que se refería a un hombre...
Puede un hombre o una mujer, ser el verdadero amor de otra persona? O en todo caso, existe algún amor más verdadero que el que se le puede tener a un hombre o a una mujer?
Cuántos abrimos el diario a primera hora del día intentando encontrar noticias sobre nuestro verdadero amor? Cuántos nos ponemos a escuchar programas de radio con charlatanes de café, para intentar encontrar una noticia sobre nuestro amor? A quien le interesa saber lo que compró o vendió nuestro ser amado? Por quien nos alegramos hasta el infinito o nos entristecemos hasta deprimirnos cuando al amor, le va muy bien o le sale todo mal.
Por quien suspendemos todo para ir a verlo? Por quien nos apretujamos en el calor, durante horas? Por quien nos aguantamos el frío y la lluvia? Por quién somos capaces de jugarnos, almuerzos o cenas?
Por quien perdemos la razón a punto de convertirnos en lo seres más xenófobos de la tierra? Defendiendo a quien, somos capaces de pelearnos a muerte con desconocidos? Por quien te abrazarías con extraños?
Sos capaz de arriesgar tu vida, yendo a los más remotos lugares, sabiendo de la inseguridad que reina en todo el país, por cualquiera? No, sólo por tu verdadero amor.
Suena paradójico, pero hasta sos capaz, de postergar o suspender el sexo, por tu amor. Sos capaz de intervenir en cualquier discusión en la que alguien ensucie su nombre, sin importar contra quien te enfrentes.
Más de una vez, hemos dejado nuestra voz, hemos visto deteriorada nuestra salud, hemos postergado a la familia y amigos. Hemos desaparecido de eventos sociales y familiares, por ese amor.
Sólo a un verdadero amor, se lo va a ver con un Paty y una Coca sin gas y no te pide ni un poquito.
Serías capaz de organizar tu agenda en función de las actividades de tu ser amado? Sólo de un verdadero amor.
Cuántas veces por semana salís a la calle con una remera con la foto de tu amor? Nunca, es totalmente cursi. Pero cuando se trata de tu verdadero amor, te la ponés con orgullo, y la cuidás más que a tu traje más caro.
Uno conoce a su verdadero amor de chiquito. A mi me lo presentó mi Papá a quien le estaré eternamente agradecido. Obvio que mi abuelo fue un ser muy importante a la hora de afianzar mi sentimiento de Amor.
Mi verdadero amor, hizo lo suyo, dándome muchas más alegrías que tristezas, pero hasta en los peores momentos, jamás perdí ni un gramo de pasión.
Sé que mi Amor, nunca cambiará, nunca le seré infiel, y sé que me acompañará hasta el fin de mis días.
Mi verdadero Amor es el club de mis Amores. En Mi caso, RIVER PLATE. En el tuyo, podrá ser le mismo u otro. No importa, porque el sentimiento es el mismo. Vos me entendés.
Hoy River está cumpliendo 108. Yo soy sólo una partecita de su historia. En cambio River es un pedazo importante de mi vida.
Por eso, hoy estoy compartiendo esto con ustedes. 108 años no se cumplen todos los días. Y menos si son 108 años de riquísima historia. De prestigio y de una incalculable cantidad de logros, tanto en lo social como en lo deportivo. Por esto, y como homenaje, a continuación las estrofas del Himno De River Plate, ese que cada vez que escuchamos nos pone la piel de gallina. Porque "...mientras viva tu bandera, la izaremos con HONOR"
Porque el verdadeiro amor es el canto de la cidade, del pueblo riverplatense, que hoy festeja su cumpleaños número 108.



River Plate, tu grato nombre

Elevemos toda el alma en la humilde canción
renovando con cariño la ingenua ilusión.
Y con lazos triunfaremos trataremos de unir
el glorioso pasado y el brillante porvenir.

River Plate, tu grato nombre
derrotado o vencedor
siempre, cual un solo hombre,
nos tendrá a su alrededor.
Mientras viva tu bandera
la izaremos con honor!

River Plate, en ese nombre,
de tan dulce vibración
hay un eco que estremece
y agiganta el corazón...
Mientras viva tu bandera
la izaremos con honor!

River Plate, tu grato nombre,
clamaremos con amor...
Nuestra sangre está cruzada
en tu blanco pabellón.
Mientras viva tu bandera
la izaremos con honor!

jueves, 2 de abril de 2009

Papá, me saqué un 10 en dictado, por qué no me felicitás?

Como se darán cuenta, me quedó grabado. Esto fue en el año 83.
Volví un día del colegio, y ni bien llegó mi papá, fui corriendo a mostrarle mi cuaderno de Lengua.
Me había sacado un 10 en Dictado, y estaba ansioso por esa felicitación. Quizás, hasta internamente esperaba un premio. Pero no, ante mi pregunta respecto de por qué no me felicitaba, la respuesta fue tajante. Es tu deber estudiar, y sacarte buenas notas. No es un hecho extraordinario que merezca la felicitación. (no habrán sido con estas textuales palabras, pero la idea era esa).
Dos años más tarde, en la cancha de River, la cancha se vino a abajo ante la sanción de un penal a favor de los Millonarios. Todos se abrazan, todos festejan. River empataba con Vélez 0 a 0, y El Enzo, tenía la responsabilidad en su botín derecho, de sellar una victoria, que afianzara al equipo de Núñez en la punta.
Francescoli convierte el penal, pero para mi sorpresa, el festejo es medido. ¿Toda la euforia se había consumido en el festejo por la sanción de la falta? No, la cuestión era que Francescoli, como encargado de ejecutar los penales, tenía el deber de convertirlo. Era casi su obligación, por lo que no era un logro que mereciera la euforia y el descontrol.
Año 2009, pasó con mi hermana, pero estoy seguro que podría haber pasado en cualquier hogar de clase media. Mi hermana se llevó un par de materias a marzo y su padre, (el mismo que no me felicitó por ese 10 en dictado en 2do grado) acordó un premio por el pase de año de mi hermana.
Año 2009, otra vez el Estadio de River se viene abajo. Faltaban pocos minutos y River no podía doblegar al modesto equipo tucumano, hasta que sobre la hora, penal contra Falcao. La cancha se viene a abajo. El joven colombiano ejecuta el penal. Gol y un festejo increible e interminable, estremece el estadio tanto dentro del campo de juego como en las tribunas.
El 31 de Marzo, todos nos enteramos de la muerte del Ex Presidente Alfonsín. Un Presidente que en su gestión le tocó la difícil situación de sentar las bases de una democracia incipiente por esos años.
En estos dos días, no paro de escuchar las voces que se alzan destacando tres cuestiones del ex mandatario. Su profundo compromiso con la Constitución, su ética y su honestidad.
Si una persona que tuvo que entregar el mando antes de tiempo, en medio de saqueos, hiperinflación y con unos servicios públicos que daban lástima, tiene el reconocimiento (quizás merecido, ojo) de toda la población sin importar partido político, clase social, ni provincia, a pesar del estado en que entregó el país a su sucesor y se le destacan por ello, los valores de la honestidad y de estar profundamente comprometido con la Constitución y las instituciones, realmente como país, estamos en un serio problema.
Yo entiendo que las condiciones de honestidad, y creer firmemente en la constitución, son cuestiones básicas que tienen que estar, sí o sí, pero que no alcanzan para que alguien pueda aspirar a un cargo público, (ni hablar de la Presidencia de la Nación).
Conocí muy pocas personas más honestas, de más firmes principios y demócratas que mi abuelo Hache. Me contaba, muchos cuentos, le encantaba la naútica. Era capaz de arreglar todo ya que tenía mucha habilidad con sus manos. Trabajaba de sol a sol. Pero no por eso podría haber sido Presidente de la Nación.
Si la ciudadanía destaca como extremadamente valiosas las cualidades de la honestidad y la fiel defensa de las instituciones como valores esenciales para llevar a cabo la difícil tarea de guiar los destinos del país, por qué a la hora de elegir elige otra cosa? ¿Por qué todos los políticos destacan estas cuestiones del Doctor Alfonsín, pero la hora de ejercer el puesto que les toca desempeñar, utilizan otra brújula y se dirijen a otro Norte?
Si en 40 millones de ciudadanos, no podemos encontrar un puñado que a la honestidad, la ética y su integridad, puedan agregarle capacidad y preparación para ejercer la Presidencia, algo mal estamos haciendo como país.
Y no me resigno a encontrar como única solución de que mi papá me felicite por ese 10 en Dictado del año 83.

miércoles, 18 de marzo de 2009

¿Qué querés ser cuando seas grande?

Político!!!!
(después retomo la pregunta del título y la respuesta)
Pero empecemos:
Si no fuera porque es un tema muy serio y que nos afecta a todos, diría que el debate que se está gestando en torno a la seguridad es muy lindo. Para quienes nos gusta argumentar, y poner en la balanza puntos a favor y en contra, todo este debate disparado por las declaraciones de Susasa Giménez, pero más que nada por la realidad que nos toca vivir es muy interesante y complejo.
(después retomo el tema del disparador)
Hablar de bajar la edad de imputabilidad de los delicuentes, aumentar las penas de quienes delinquen, por un lado. Atacar el tema de la falta de educación, de darle oportunidades a quienes hoy no las tienen. De alejar las drogas de los jóvenes. De mejorar el sistema judicial. Profesionalizar las policías. Mejorar el sistema carcelario para que los que allí cumplen penas, las cumplan, y que quienes las cumplan, salgan con las herramientas para reinsertarse en la sociedad y no con mejores herramientas para delinquir. Y a todo eso, sumarle el qué hacer en la transición, asumiendo que todos estos temas que engloban la problemática de la inseguridad, no se resuelven de un día para el otro.
Todo ciudadano tiene derecho a expresar lo que quiere y lo que piensa respecto de un tema. Desde lo que a nosotros nos parece más coherente hasta las cosas más disparatadas. Desde decir que bajen la imputabilidad a 12 años a los delincuentes, que cierren la frontera con Bolivia y Paraguay. Que prohiban la entrada a ciudadanos nacidos en Perú. Aplicar la pena de muerte a quien mata. Cortarle la mano a quien roba y rebanarle el miembro a quien viola.
Esos pueden ser muy buenos disparadores, para que quienes tienen una responsabilidad seria en la creación y reformas de políticas públicas, para que discutan y debatan en serio qué es lo que es más conveniente hacer en cada caso. Que estudien cómo se resolvieron los problemas en otras partes del mundo.
Y con toda suficiencia y seguridad, puedan decir: Mire Señora Susana Giménez, lo que usted plantea es inviable, y no resuelve el problema. En tales países hicieron tal y tal cosa, y funcionó, nosotros luego de tal estudio y tal otro, hemos decidido resolver el tema de tal manera y para eso, necesitamos enviar tal ley al Congreso y que todos, independientemente del partido al que representemos nos encolumnemos detrás de tal proyecto.
Y acá es cuando imagino la pregunta del título, y la respuesta.
Lamentablemente en nuestro país, y casi sin excepciones quienes asumen responsabilidades en la política, sólo ven la cara linda de la actividad.
Lo más lindo para todo político es inaugurar alguna obra (obviamente con la plata de los contribuyentes) y recibir la felicitación de la gente afectada y todo el afecto de aquellas personas a la que la obra realmente les cambia la vida.
Viajar, conocer el mundo, ser reconocido a nivel nacional o mundial, según el caso. Que no tengas que pagar para comer afuera, recibir regalos, y saber que en un futuro, en algún lugar habrá una calle con tu nombre. Conocer personalidades del espectáculo y el deporte de todo el mundo. Etc, etc, etc...
Lo que se olvidan los políticos es la otra cara. Cuando un Gobernador o Intendente o Presidente inaugura un Hospital en tal barrio, es porque decidió no construirlo en varios otros. Y nadie se presenta ante ciudadanos de un barrio para decir: "señores, hemos decidido por tales motivos, no construir el Hospital acá y sí en otra localidad".
Y otro detalle que se olvidan es que muchos creen que ser político es caer simpático para ir escalando en la listas, hacerse los graciosos en los medios de comunicación y realizar acuerdos y negociaciones para estar mejor parado.
Se olvidan de lo más importante y es estar capacitados y preparados para enfrentar los problemas complejos que exiten en las sociedades modernas, con los huevos bien puestos para asumir los costos.
Porque mientras la sociedad pide mayor seguridad, para no cambiar las costumbres cotidianas de nuestra vida, y salir a la calle tranquilos, sin mirar para los 4 puntos cardinales antes de entrar a sus casas. Poder volver a la hora que uno quiera a la noche. Caminar por las calles, y no sólo por las avenidas. Salir sin ropa llamativa, sin mucha plata para que no te la roben, pero no con tan poca para que no te maten. Mientras todos nosotros queremos poder hacer las actividades que nos gustan sin miedo, quienes tienen que resolver este y otros problemas, están discutiendo si las elecciones son en Octubre o en Junio.
Antes de decidir que quieren ser Políticos, acuerdense, que las monedas tienen dos caras!

martes, 24 de febrero de 2009

Tabla-inodoro Ángulo obtuso

A lo largo de mi vida, me he dado cuenta que muchos hombres ganan minas sólo por el hecho de existir. Aquellos que con el solo hecho de estar, acaparan la mirada del sexo femenino, se los encaran, no necesitan abrir la boca que ya se las están llevando a un lugar más íntimo, etc...
Está más que claro que no es mi caso. En todos estos años, he tenido que remar mucho, casi a destajo, para poder disfrutar aunque sea un rato de la atención de las señoritas. (alguna que otra señora se coló en el medio, no voy a negarlo).
Hay habilidades que ayudan a hacer más fácil para el hombre esa interrelación entre hombre-mujer que devenga en un encuentro íntimo.
Yo sé que los masajes por ejemplo, suman mucho. Los hombres que sabemos hacer masajes, logramos suplir otras falencias por brindarles relax a las mujeres. El único tema es que para lograr estar en una situación de dar masajes, hay que remar casi tanto como para intimar, así que no sirve como fórmula para adquirir, aunque sí para fidelizar.
Otra de las grandes habilidades que gana mucho, es la de bailar. "Aprendés a bailar salsa, y te cansás de ganar mujeres", dicen los que saben. Primero, será que nunca gané muchas mujeres, pero si hay algo de lo que no me cansaría en caso de que pudiera, es el hecho de tener éxito con las chicas.
Pero volviendo al tema... creo que es mucho menor el esfuerzo que tengo que hacer para remarla y entrarle a una mujer desde el humor, o desde una conversación interesante, o hasta con el chamuyo que el que tengo que hacer para aprender algunos pasos básicos de ritmos caribeños. (chamuyero no es el que miente en pos de convencer a una niña que esté con uno, chamuyero es aquel que habiendo probado la táctica de la mirada, habiendo esperado que se le acerquen a encarar, habiendo hecho algún chiste, y sólo encontró como respuesta un labio mordido acompañado con la frase "qué hambre", no le queda otra que usar el sinnúmero de herramientas de la comunicación oral, que fuimos aprendiendo con el correr de los años, y que sirven para remarla en caso de que lo más simple, no haya funcionado).
Yo por ejemplo, he logrado la habilidad de ser un buen chateador. Soy rápido, soy ocurrente y entretengo bastante con el chat. El tema es poder trasladar esa velocidad y las ocurrencias a un encuentro tête à tête. Cosa que todavía no he logrado, aunque ya voy a llegar...
Una vez conseguido el objetivo de estar o de conocer a una chica, todavía falta el trabajo más duro que es mantenerlas. Los hombres no sabemos pero hay muchos detalles que hacen que una señorita de un momento a otro decida que no quieren estar más con uno. Detalles que uno como hombre jamás se detendría a pensar, que jamás le daría importancia, y que si uno supiera que eso jode, lo cambiaríamos en el momento y sin chistar.
Podría nombrar algunos: no dejar la toalla mojada en la cama, cerrar la cortina del baño, no dejar los placares abiertos. Esos solos en la convivencia, o en el compartir momentos. Me voy a detener en uno solo, en el que encontré cierta culpa compartida:
Uno podría pensar que salpicar la tabla del baño, cuando uno va a ser pis, es un accidente. Jamás podría pensar que es causal de despido. Sin embargo, si nos detenemos a analizar la situación un poco mejor, es lógico que así sea.
Las mujeres no se sientan en la tabla del baño, realizan sus necesidades en una posición en la que cualquier hombre se contracturaría o se desgarraría algún músculo. Muchas tienen que recurrir a los productos contra el tránsito lento, no porque lo sufran de forma natural. Es que jamás harían caca en un baño del trabajo, o fuera de sus casas. Entonces se lo guardan para mejor oportunidad y ahí es cuando se taponan. En una emergencia pueden llegar a hacer en un baño público y apoyando sus cantos en la tabla, si previamente la tapizaron con trescientos pedazos de papel higiénico doble hoja, pero tiene que ser un caso extremo de vida o accidente. (no digo vida o muerte, porque nadie se murió por hacerse encima).
Dicho esto, ¿qué mujer querría convivir o compartir algún momento de su vida con alguien que convierte el único lugar en el que se sienten cómodas para realizar sus necesidades fisiológicas en un baño público? Ninguna. Ahora bien, las mujeres deben ayudar un poquito con esto.
No sé si fue un matemático, un físico, un arquitecto o qué, pero alguien descubrió que para que el hombre no moje la tabla de los inodoros, la tabla debe sostenerse parada, sin ayuda. Es decir, el inodoro y la tabla subida deben formar un ángulo obtuso (mayor a 90º) para que no haya que sostener la tabla con la mano.
Por qué yo habría de tocar la tabla con la mano, para que no se caiga, siendo que ustedes, no la tocan ni forrada en papel con sus muslos. No les parece?

martes, 10 de febrero de 2009

Publicidad ilógica o ... "que alguien me la explique"

Una madre x, podría ser la mía por ejemplo. Un jueves después de terminar de trabajar, supongamos, decide ir al supermercado. Llega a las góndolas de las bebidas y decide que se va a privar de tomar Coca, se va a ahorrar un peso, y va a comprar Pepsi. Decidió hacer el sacrificio. ¿Es lo mismo, Pepsi que Coca? No, obvio que no. Si fueran lo mismo, y una cuesta un peso menos que la otra, y suponiendo que los consumidores somos todos racionales, que hay distribución perfecta, etc... La Pepsi tendría el 100% del Market share. Pero no es así: hay una diferencia y la publicidad te invita a que te prives de algo mejor con tal de ahorrarte un peso. Hasta ahí todo bien y lógico. Eso, si la publicidad terminara ahí. Si mi madre pudiera optar entre, volverse del súper con una Coca y nada más, o regresar con una Pepsi y una moneda en el bolsillo para tomarse el bondi, o un paquete de chicles, o algo que haya visto en los estantes de la caja de compras de último momento. Pero no...
.
Ella decide comprar una gaseosa más barata para ahorrarse un peso. Llega a la casa, y algún hijo (ahora vive sin ninguno, pero imaginemos que yo estuviera ahí) le dice: Má, me das el peso que te ahorraste por comprar Pepsi? Ese peso es mío. La tele me dijo que te lo reclame.
O sea, mi vieja compra algo más barato, de menor calidad, se priva de un producto mejor, y el beneficio me lo llevo yo?
¿Cuál es el negocio? ¿Alguien me lo explica?
Muchas Gracias


¿Pá, te robo la del estribo, cuanto te debo? (toda persona que no sea mi papá, saltee esta pregunta y no trate de entender.)
A propósito del supermercado. Hay dos máximas que siempre se cumplen: la primera es que cuando uno elige changuito, cree que funciona bien, que las ruedas giran como tienen que girar, que no se desvía para ningún lado. Basta que uno, cargue el changuito con algunas cosas, llegue hasta la otra punta del supermercado, para que las ruedas se traben, y el changuito se desvíe 30 grados a la derecha. Podrían alinear y balancearlos, cada tanto?

La segunda máxima que se cumple a rajatablas, es que en la caja que uno eligió para pagar, nunca encuentra los productos que quiere comprar en el último momento. Uno ve que la gaseosa que quería está a cuatro cajas de distancia, y el chocolate está lo suficientemente lejos, como para que uno no pueda abandonar el changuito e ir a agarrarlo. O se conforma con las maquinitas de afeitar de mujer, con las aspirinas y curitas, con las sopas (aunque estemos en pleno verano) o se compra un paquete de chicles, sólo para sentir que el pibe de marketing que definió los productos que iban a exhibirse en la caja, pensó en uno.

martes, 13 de enero de 2009

Proyecto 2009

No me pregunten por qué, pero es natural. Los días son iguales. Sale el sol a la mañana, se pone por la tarde. (ahora quizás gracias a K, se pone de noche)(*). La gente, come, trabaja, sale, mira tele, hace deportes, se enferma, aprende, enseña, estudia o webea.
Lo loco es que sea por la causa que sea, para fin de año, la gente en general baja la velocidad. Y no me pregunten por qué, pero en general hace balances y se plantea objetivos para el año que comienza.
Hay dos formas de plantearse estos objetivos. Enunciados como proyectos, con cierto tono de realización. O con más vuelo, en tono de deseo. El típico "me gustaría" o "que bueno sería si este año pudiera", entran dentro de la segunda categoría. "Este año tengo que", se identifica más con el primer tipo.
Hay proyectos de toda clase: lo material, viene de la mano de cambiar el auto, mudarse, arreglar la casa, mejorar algún equipamiento. Ganar más plata.
En lo que serían asuntos sentimentales, o del corazón, podrían ser: afianzar una pareja, convivir, casarse, tener un hijo, o los que estamos en otra etapa, podría ser simplemente, conocer a alguien con la cual en algún momento proyectar todo o algunas cosas de lo anteriormente dicho.
Hay proyectos relacionados con la salud y la belleza personal. Son los que tienen que ver con empezar a ir al gimnasio, o practicar algún deporte, bajar algún kilito, alimentarse mejor, dejar de tomar alcohol, dejar de fumar, dejar de drogarse, empezar algún tratamiento para la caída del cabello, agregarse busto, cambiar el corte de pelo, realizarse una depilación definitiva o un tratamiento para la celulitis, hacer alguna terapia psicológica, etc.
Muchos tienen planes de ejercitar el intelecto. Ya sea con fines profesionales o lúdicos. Empezar una carrera, hacer algún curso de algo.
También están aquellos planes que se orientan al tiempo libre, porque mucha gente también planea qué hacer en el tiempo libre. Leer algún libro, ver tal película o serie. Dormir más. Conocer tal lugar, o realizar tal viaje. Hay gente que quiere ocuparse el tiempo libre, porque no le gusta sentir que "pierde el tiempo". Otros que terminaron muy cansados se plantean tener más tiempo para no hacer nada.
En mi caso, y luego de haber preparado una cena simple. Esas cenas de verano que consisten en una ensaladita de tomate, pepino y zanahoria. (sí, me gusta el pepino y qué? Hay gente que le gusta la berenjena, o las aceitunas, y yo no les digo nada, así que no me juzguen porque me gusta el pepino, ok?)
Bueno, como les decía. El otro día cocinandome una ensalada, descubrí qué es lo que quiero plantearme para este año como proyecto. Por supuesto, para los que me conocen, saben que ninguno de los anteriores proyectos ejemplificados arriba, se aplican a mi. Ni bajar de peso, ni conocer a alguna señorita con quien proyectar una pareja, ni cambiar el auto, ni hacer viajes, ni arreglar la casa, ni ganar más plata. No.
El otro día, mientras me cocinaba, me di cuenta que no sé cortar el tomate para hacer ensalada. Cuando voy a un restaurant, cuando como en la casa de alguien, cuando las novias/esposas de mis amigos, hacen la ensalada en los asados, el tomate queda cortado prolijito. Hay diferentes estilos, ya lo sé, pero lo importante es que queda prolijito. Bueno, a mi no me sale. Y prometo, con la ayuda de quien me quiera ayudar(**), que antes de fin de año voy a preparar ensaladas de tomate prolijitas! Como que me llamo Hernán se los digo, porque ante todo, hay que ser ambicioso en la vida!
Hasta la próxima
(*) Duda que me surgió. Quien define cuando es de noche. el reloj o el sol? Es decir, si el sol se pone a las 23:15. Son las 23:15 de la noche, aunque haya sol?
(**) Está abierta la inscripción para postularse a enseñarme a cortar el tomate. Todo aquel que piense que me puede ayudar, hágamelo saber. Y todo aquel que piense que la vida es desigual, tiene que saber que no es así, que la vida es una hermosura y hay que vivirla!

lunes, 5 de enero de 2009

Fin de Semana Laaaaaaaaaargo en la Costa Argentina

Tomar la decisión de cortar la rutina laboral y canjearla por días en la playa con amigos es fácil. Uno imagina levantarse temprano, ponerse el traje, y en mi caso andar por Capital y Gran Buenos Aires con calor, buscando y encontrando a quien venderle un celular, y lo contrasta con levantarse a cualquier hora, ponerse el traje de baño (algunos le dicen malla, pero me enseñaron que así no se dice) ir a la playa y estar panza arriba, hasta que la transpiración mezclada con la arena y el bronceador (en mi caso -y debería ser el de todos-protector solar) obliguen a una incursión en el mar, y la respuesta es obvia. Me voy a la playa!!!



Pero está bien planteada la elección en esos términos? A mi entender uno compara el peor día laboral, contra el mejor día de playa. Y en muchos casos, en la mejor playa, con la mejor compañía, y con un Casino generoso, que hace que uno vuelva con más plata de la que llevó. Pero esa no es la realidad.



Quiero tratar de poner los puntos sobre las Jotas (me cansé de que las discriminaran, y sólo le coloquen puntos a las íes, joder) y ampliar el panorama para que la elección esté un poco mejor analizada.



En primer lugar, al no ser las vacaciones anuales, uno trata en un fin de semana largo, ser un poco austero y guardarse el dinero para las vacaciones planificadas (en mi caso no las armé todavía así que si alguien se quiere sumar, aunque sea a tirarme ideas, bienvenido). Por lo que lo más probable, siempre hablando de turistas promedio, que el lugar elegido o encontrado, no tenga las mejores comodidades.



Cuando hablo de comodidades, ¿a qué me refiero? Por empezar, en lugares que son para 4 metemos 6 o 7 personas. Total, son 2 o 3 días y uno se la banca. Acá, ya empieza a cambiar la ecuación. Recuerdan la comparación original? Bueno, cuando uno mete 7 personas en una casa para cuatro, lo más probable es que no podamos levantarnos a la hora que querramos. Siempre hay alguno que a las 8 de la mañana necesita hacer su pis matutino. Otro que palmó temprano la noche anterior, apenas ve un rayito de sol, se levanta para no perder horas de playa. Ni que hablar de los ronquidos, o de los que duermen en el living, cuando el que se levanta temprano, no sólo quiere ir a la playa cuanto antes, sino que además, quiere ir desayunado. Como no te quiere prender la luz ni levantar las persianas, hace todo a oscuras. Yo recién levantado, sin prender una luz, y en un territorio que conozco como mi propio hogar, no logro ir a la cocina, sin golpearme la tibia con algún mueble mal puesto, así que imaginen en casa ajena? No te despiertan con la luz, pero la percusión es indibujable.



Pero por otro lado, cuando uno está en un lugar con playa, se olvida de la ecuación original de dormir hasta cualquier hora. Uno que va por dos días, quiere sacarle el máximo provecho a la playa, por lo que uno se programa para cuando ve un rayito de sol colarse por alguna ventana, o cuando vemos a algún acompañante que se prepara para la playa, aunque tengamos los ojos sellados con lagaña y ganas de dormir por lo menos 2 horas más, le ponemos huevo y nos levantamos con la misma obligación que encaramos un día laboral. Y si después se nubla? Yo no puedo volver a la oficina, más blanco que cuando me fui. Esos son los dos pensamientos implícitos en el hecho de levantarse temprano o hasta poner el despertador en las vacaciones. Porque otra cosa, el índice de disfrute de las vacaciones está dado por el color que uno toma en el cuerpo. Un veraneante blanco es sinónimo de malas vacaciones. Aunque al que se le nota el bronceado, haya tenido que dormir parado o no se haya podido poner una remera a la noche o estuvo sin apoyarse durante 1 hora, esperando que el maldito post solar se absorba en la piel.



La segunda cuestión en cuanto a comodidades, está dado por las camas, colchones, sábanas y frazadas. Por algún motivo que desconozco, los dueños que alquilan casas de veraneo, invierten en camas y colchones, $0. Lo otro que es real, es que cuando uno va al placard en busca de una sábana y frazadas, sospecha que anteriormente fueron utilizadas para envolver muertos recién difuntos.



Imposible dormir hasta cualquier hora, porque entre el colchón y la ropa de cama, de lo mínimo que uno sufre es de pesadillas. Las pulgas que sobrevivieron todo el invierno en las frazadas sin usar, famélicas y cansadas de comerse unas a otras, ven en nuestros cuerpos rellenitos, un manjar al que no pueden resistirse. Y mierda que no lo hacen. Por eso, la mayoría de la gente no pone despertador en las vacaciones, porque sabe que no va a poder dormir hasta tarde. Y dado que el colchón, cuyo grosor no supera el ancho de una feta de pan lactal te deja la espalda totalmente inutilizada, los primeros soles del día se dedican al masajista que te deja la espalda en condiciones de disfrutar el día como corresponde. No, no, no... Miento. El masaje no te dura todo el día. Te dura hasta que llegaste a la playa, ya que la carga de la heladerita, la sombrilla, las reposeras, los bolsos con cremas, toallones y abrigos, devolvió el estado de la espalda a antes del masajista y a después de las pesadillas y las pulgas.



Acá es cuando te ponés a pensar que todo el dinero gastado en masajista, te hubieran servido para realizar el upgrade y alquilarte una habitación de hotel mucho más cerca del mar y con servicio de reposeras y sombrillas.



Leyeron arriba el detalle de lo que contenían los bolsos, no? Abrigos. La ecuación original comparaba un día de trabajo con un día de playa en la mejor playa.



Un estudio científico y vaya a saber por qué fenómeno climático, detectó que el agua del mar en la costa argentina se encuentra 5ºC por debajo de la media de los últimos 30 años. Sí, escuchó bien. El agua del mar de la costa argentina, sirve para desinflamar. Tiene efectos analgésicos. Y convierte en azules violáceos a aquellos que osan mantenerse dentro de las mismas, más que el tiempo que dura un chapuzón.



Cuando el viento produce fuertes impactos de arena contra nuestro cuerpo y se tornan insoportables, Cuando ese mismo viento genera la persecusión de gorros, remeras y sombrillas zigagueando entre la gente, y te hace sentir jugador de primera en plena pretemporada y cuando el ardor del sol, torna inevitable volver a ponerse protector con arena exfoliante en el cuerpo. Todavía falta lo peor. Muerto de hambre mordiste un sandwich de lomito completo, y todo lo completo que acompañaba a la carne y por lo que te cobraron un adicional importante, cayó completamente a la arena. Ahí, mientras tus amigos se ríen, y te inventan la historia de que por alguien como yo, que estaba comiendo algo entre dos panes en la playa que se le cayó a la arena le pusieron SANDwich al sandwich, se produce lo inevitable. Las famosas ganas de ir al "baño". En cualquier playa del mundo se resuelven entrando al mar, haciendose el boludo, orinando tranquilo y sin la necesidad de sacudirse nada. Ahí uno vuelve, dice: "qué buena que está el agua" y listo. Asunto resuelto. Acá no. Acá, sabiendo que el agua está helada, se pone las ojotas, y arranca la caminata de 300 metros hasta el parador.



Acá abro un paréntesis para preguntarme otra cosa que no entiendo: si el mar está helado y uno no se va a meter, para qué nos instalamos pegado a la orilla, con el objetivo de no quemarnos cuando vamos al agua (cosa que no va a ocurrir dada la temperatura) y no pegados al parador?



Cierro paréntesis. Llegás al parador y el cartel gigante dice. "Orinada $2, lo segundo $5 (incluye papel higiénico." Obvio que no llevaste plata para ir al baño, pero lo segundo es más importante. Uno por principio, no paga por ir al baño, así que uno regresa al grupo, y comenta: esta caminata me dio calor, así que me voy al agua. La cara que uno pone, y todas las contracciones del cuerpo al ingresar al mar, y mientras se van superando zonas críticas, le muestran al mundo que uno no está disfrutando la excursión. Con el agua apenas superando la cintura, uno se queda inmóvil lo suficiente para hacer lo que se tenía que hacer y se vuelve al grupo. No sé por qué uno hace el comentario de que el agua está helada pero una vez que uno se mete, está hermosa y no se siente. (no se sienten las extremidades, no se siente nada).
Igual siempre hay alguno que te dice: "te morías de ganas de mear, no??"
Por lo que después de dos días completos de playa, de no dormir cómodo, de sufrir dolores de espalda, y de haberse bañanado con agua fría y sin presión (el termotanque de la casa está preparado para aguantar 3 duchas seguidas, pero nunca 7) y aún con arena en el cuerpo, dado que la ducha no cumplió su función. Todavía queda manejar a la vuelta, unas 4 horas. Uno llega a su casa y abraza a su colchón, está muerto como para pegarse una ducha, pero sabe que a la mañana siguiente la va a disfrutar como nunca. Mira el almanaque y empieza a tachar los días que faltan para las verdaderas vacaciones.
Ahí, la ecuación será distinta!