Imaginen la siguiente situación. Hombre de treinta y pico de años, con unos pocos kilos de más (6 o 7). Está decidido a bajar de peso. Saca turno con la nutricionista. Ella le da un exigente plan alimenticio (exigente cumplirlo, a eso me refería). Este caballero no sólo lo cumple a rajatablas, sino que además, le agrega gran cantidad de horas de actividad física. Regresa 1 vez por semana al consultorio de la profesional, y el peso no disminuye.
Imaginen un hombre de cuarenta y pico de años. cuyo auto sufre un desperfecto. Lo lleva al mecánico y al cabo de unos días lo retira, después de erogar una importante suma de dinero, supuestamente con el problema solucionado. A los dos días, el inconveniente reaparece.
Imaginen a un hombre de cincuenta y tantos, fanático de un club de primera división de fútbol. Va a todos los partidos de local y de visitante. Recorre cientos de kilómetros por ver en el estadio a su equipo del alma. El presidente de su club, compra a los mejores jugadores, les paga los mejores salarios, trae al técnico más renombrado del país, y el equipo juega muy mal, y los resultados no acompañan.
Ahora imaginen a cualquier persona de entre 25 y 60, no importa el sexo, no importa la profesión, no importa casi nada. Lo que sí importa es que por algún motivo, las leyes le quitan obligatoriamente, (de ahí el nombre de impuesto), alrededor del 50% de sus ingresos, que en su gran mayoría el gobierno gasta sin control, sin explicaciones, sin transparencia, devolviendo bienes y servicios que no colman la expectativa de nadie.
Ahora piense: ¿en cuál de las anteriores situaciones el damnificado, pedirá explicaciones, expresará su queja, iniciará acciones legales en caso de que corresponda o exteriorizará su bronca por la situación?
Así es. El paciente, seguramente, le hará algún comentario al médico. Se quejará, exigirá algún cambio, y si la situación no varía, pedirá hacerse algunos análisis y si a pesar de todo, la situación siguiera igual, cambiaría de profesional.
El dueño del auto llevará nuevamente el vehículo al taller enojado por la situación, y exigirá que se complete el arreglo como corresponde.
Ante el primer o segundo resultado negativo, y con más razón sin la calidad de fútbol que practica su equipo no colma las expectativas, el hincha exigirá mejoras y exteriorizará su disgusto ante los jugadores, técnico y dirigentes.
Lamentablemente, cuando se trata de controlar, auditar e informarse acerca de los destinos del casi 50% de nuestros ingresos, los ciudadanos no exigimos nada. De hecho, nos olvidamos a menudo que cuando alguien se arroga la construcción o inauguración de una obra, ni siquiera le hacemos saber que esa obra la inauguró gracias a que hubo alguien que aportó casi el 50% de sus ingresos para que ello fuera posible.
Los impuestos son una obligación, pero no sólo de los que pagan. Los que reciben nuestros fondos tienen la obligación de dar explicaciones. Pero sólo, si nosotros queremos que nos la den.
A nadie le gusta hacer dieta y no bajar de peso, o sí?