Pasé una noche incómoda, tratando de dormir boca arriba con el recuerdo vivo de la doble cena, post-operación. De hecho en uno de esos movimientos producto de mi incomodidad, deseganché el suero, y parte de la sangre que estaba en el tubito, se desparramó en la sábana. Timbre y a los 20 segundos la enfermera estaba ahí (recuerden que me había quedado solo para que el voucher de $500 sea devuelto en forma íntegra). Me enganchó el suero, y me dijo que ya me cambiaba las sábanas. No le creí. Mi capacidad para cambiar sábanas y "hacer la cama" es casi nula, sin alguien acostado, por lo que mi intelecto era incapaz de imaginar el cambiar sábanas y dejar la cama armadita de una plaza, conmigo arriba. Con una habilidad envidiable, y con apenas unos movimientos pequeños míos, la cama estaba limpia otra vez (limpia y armada). Seguí intentando dormir, y cuando lo logro, entra un médico del equipo que me operó, me saca el drenaje que tenía en la herida y me da el alta (7:15 AM). Me deja seguir durmiendo, que desayune tranqui y que a eso de las 10:00 arranque. Le aviso a mi padre y duermo un poquito más, pero ya a las 9 estaba viendo tele. Al rato viene uno de mis amigos PeDoRros (no quiere aparecer en mi blog, por eso está reservada la identidad), con una bolsa de unos $70 de chocolate. Este mismo amigo que me dijo, "ahora que vas a estar sin hacer deportes te vas a tener que cuidar". En fin... Cayeron mis viejos, y vino RA, (otro amigo pero este no PeDoRro.) Ambos organizando un asado al mediodía. Yo me sentía bárbaro y sin ningún dolor, y dado que el único recuerdo que tenía de las cenas de la noche anterior eran las ganas de ir al baño, empecé a planificar una participación en ese asado, obviamente quietito y con la pata arriba. Estaba pensando seriamente la posibilidad de ir. Llegó el momento... tomé fuerzas, y pensé... Levantarme me tengo que levantar, me levanto ahora, voy al baño, y ya después me quedo listo para irme. Ya cuando me puse de pie, el asado lo empecé a ver un poco más lejano. Debuté con las muletas. (no se imaginen ninguna fiesta sexual, asquerosos) Obviamente le pedí a mi madre que se retire, ya que todavía seguía semi desnudo con ese camisolín inexistente (no se imaginen nada, la imagen no era muy sensual). Caminé unos pasos, y cuando abrí la puerta del baño, lo vi.
Allá lejos y diminuto, en medio de un ambiente lujoso (aunque ahora me parecía menos) yacía inalcanzable el inodoro. Transpiré más que jugar 45 minutos al fútbol haciendole marca personal a Rodrigo Palacio. Después de un par de gritos de dolor, caí con una efectividad del 40% sobre el inodoro. NO se partió porque Dios no quiso. Tardé otros 3 minutos en acomodarme. Pero era imposible. Mis piernas, ocupaban el 110% de la cavidad, por lo que me di por vencido. Desde esa posición hice lo que tenía que hacer, y apareció otra dificultad. NO quedaba espacio físico para que mi mano pueda ingresar a limpiarme. Otros 5 minutos hasta que quedó lo más limpito posible. Y ahora a levantarse!!! Otro par de gritos. Y a jugar el segundo tiempo. Encima el técnico rival, sacó a Palacio y lo puso a Alexis Sánchez. Entró fresquito y yo a marcarlo de nuevo. Llegué al sofá, con mi últimas energías. Me desplomé y pedí el cambio. Mi padre preguntó si ya estaba listo para irme, y dije, paraaaaaaá!!!! Traeme agua, Gatorade, lo que sea, y dejame descansar un rato.
Por supuesto, y demás está decirlo, que el asado quedó para otro día!
2 comentarios:
Muy gracioso!
De tus multiples habilidades, esta es una que no conocìa...
Te felicito!!
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